La práctica más conocida (aunque no la única) de la Medicina Tradicional China es la Acupuntura. Desde el año 1979 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la eficacia y la seguridad de la acupuntura para un extenso número de patologías.
La Acupuntura es una técnica terapéutica que consiste en la introducción de finas agujas (estériles y de un único uso) en determinados puntos y lugares del cuerpo, y cuya función principal es la de regular energéticamente el organismo, o aquellas partes de él que se han desequilibrado, para así poder restablecer nuestro equilibrio orgánico.
La elección de estos puntos de acupuntura no es aleatoria, sino que responde a un diagnostico cuidadosamente elaborado, lo que llamamos una “Diferenciación de Síndromes”, después de haber mantenido una entrevista con el paciente el primer día de la consulta, así como un reconocimiento físico. Una vez realizada dicha diferenciación, se selecciona el tratamiento más oportuno para el paciente, incluyendo los puntos de Acupuntura entre otros, ya que se pueden prescribir otras técnicas terapéuticas.
La Acupuntura es una técnica segura que puede ayudarte con muchas patologías y que no tiene efectos secundarios, siempre que sea practicada por un profesional adecuadamente formado y cualificado. Te animo a que la pruebes. No solo le perderás el miedo, sino que comprobaras por ti mismo todas las bondades de esta técnica y los beneficios que te puede aportar, de tal forma que ya no podrás ni querrás prescindir de la acupuntura.
La Electroacupuntura consiste en aplicar una pequeña corriente eléctrica terapéutica y controlada sobre las agujas de acupuntura para que pase la corriente entre ellas y se pueda amplificar y potenciar su efecto. Para ello se emplean los electroestimuladores de muy bajo voltaje, pero en los que en función del tratamiento podremos regular la intensidad y la frecuencia.